domingo, 29 de diciembre de 2013

SIN LUZ, SIN AGUA... Absoluta indefensión, abandono y desprotección para el pueblo. Horacio Micucci 29-12-2013

SIN LUZ, SIN AGUA...

Absoluta indefensión, abandono y desprotección para el pueblo.


Horacio Micucci
29-12-2013

“El Trust eléctrico, no se ha preocupado jamás por promover el progreso del interior de la República, se ha cuidado muy bien de no tomar a su cargo el suministro eléctrico de poblaciones pequeñas, donde la explotación del servicio, por el escaso consumo, no es remunerador y dejaron ese mal negocio al Estado, a los pequeños empresarios y a las cooperativas; por eso los consorcios eléctricos se limitaron al acaparamiento de concesiones a las poblaciones de importancia (...) “sus exclusivas finalidades de lucro, redujeron su acción a los grandes mercados que le permiten girar más y mayores utilidades al exterior”.
“Hay que convencerse de una vez por todas, que la electricidad que pueden producir nuestras caídas de agua, nuestros yacimientos de petróleo, carbón, gas, y la misma energía atómica que pueden extraerse de nuestros yacimientos de uranio no serán útiles al pueblo argentino y serán nuevos instrumentos de expoliación, mientras no gobernemos nuestros propios mercados de ventas de energías.”
“La incapacidad financiera confesada por las empresas, es determinada por su absoluta subordinación a los trusts extranjeros que las gobiernan (...) los que deliberadamente les extraen el máximo de sus recursos, simulando gastos excesivos, aguando sus capitales y encareciendo de mil formas el costo de los servicios (...) para mantener a esas empresas –sus filiales- en permanente estado de ficticia pobreza a fin de impresionar a las autoridades, lograr aumentos de tarifas a costa de los consumidores argentinos y negar las justas remuneraciones que merecen nuestros trabajadores”
Dr. Jorge del Río. Política argentina y los monopolios eléctricos. Cátedra Lisandro de La Torre. 1961.

Las palabras del epígrafe fueron escritas hace 52 años.
Podrían ser escritas hoy.
La continuidad de la expoliación eléctrica es expresión de la rapiña de distintos imperios a nuestra Patria con la complicidad de gobiernos gerentes de la dependencia, como el actual, y de opositores que sólo le disputan el puesto, como nuevos gerentes.
El Dr. Jorge del Río es uno de esos olvidados de la defensa del patrimonio nacional. Una amnesia necesaria para que todo siga igual, en su esencia.

Recuerdos...
En los momentos en que SEGBA fue privatizada, yo trabajaba, en el área Salud, para dicha empresa. Conocí, por mi tarea, a muchos de sus obreros y empleados, gran parte de los cuales fueron despedidos. Años después, ya consumada la privatización, tomé un taxi y dio la casualidad que el conductor era uno de esos obreros despedidos. En la conversación entablada me dijo “...lo que va a ocurrir es lo siguiente. Las empresas privadas sólo se van a ocupar de cobrar y recaudar. No van a arreglar, ni reponer ni modernizar nada. Y cuando la distribución eléctrica sea una cáscara vieja, inútil y vacía van a estatizar sus restos y nosotros volveremos a arreglar lo destruido. Recuerde estas palabras...”
Es lo que ha pasado. Sólo que dudan en estatizar porque las empresas y el gobierno fueron cómplices. Y no hay más dinero para rapiñar.
Dirá el lector: ¡pero sólo se trata de dar luz! . Lo que pasa es que no se trata de resolver lo que le pasa al pueblo.
Se trata de seguir rapiñando.

Un calor inesperado...
Una ola de calor, a la luz de lo que se lee y comenta, ha puesto de manifiesto la obsolescencia del sistema de distribución. Nos enteramos que los cables son viejos, los sistemas no resisten, no hay repuestos ni empleados suficientes para resolver alternativas y arreglos.
Dicen que es un problema de distribución. Y que, por ello, los cortes programados no son solución. Porque esta situación sólo ocurre porque los sistemas de distribución “no aguantan” tanta exigencia.
Sin luz no hay agua en muchos lugares. Ancianos y enfermos en estado de abandono. Riesgo para niños pequeños.
Un verdadero infierno...
Mientras tanto la Presidente mantiene silencio, eso sí, en la frescura y el lujo de su residencia de Calafate. El Secretario de Energía Daniel Cameron pasa la tarde en el country Boca Ratón de Pilar, jugando al golf. Varios funcionarios ensayan todo tipo de respuestas. Contradictorias, irrisorias algunas, ridículas otras.
Capitanich dijo que esto se va a repetir toda vez que la temperatura pase los 30º. ¡Estamos listos!. En julio hubo un día de 34º C. ¿Pasarán cosas parecidas en el “veranito de San Juan” del mes de julio?.
El funcionario de Energía de Córdoba culpó a los que no declararon sus aires acondicionados. ¿Alguien sabe dónde se efectúa tal declaración?.
Capitanich dijo que habría cortes programados. De Vido y la Presidente lo desmintieron (¿tal vez sabiendo que, esta vez, esos cortes no resolverían nada porque lo que colapsó, primero y simultáneamente, es el sistema de distribución?).
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires propuso que cada edificio tenga un generador propio. Rápidamente advirtió que su propuesta era inaplicable. No se trataría, en este caso, de esos pequeños generadores con los cuales los comerciantes tratan de salvar algo de sus ventas de fin de año. Se trataría de generadores mayores que no habría donde poner, que necesitarían un consumo de combustible en momentos en que falta y cuyo sostén saldría carísimo. Entonces corrigieron: “sólo será para los edificios nuevos” dijo Horacio Rodríguez Larreta, ya en camino de superar a sus cómicos imitadores. Ni siquiera se les ocurrió que sería interesante analizar sistemas autónomos de energía solar para edificios, como ocurre en otros países. Cero imaginación.
Después de una quincena de inacción, los funcionarios empezaron a balbucear alguna medida paliativa. Hospitales, geriátricos y barrios enteros sin luz, personas desesperadas que cortan calles para que se los escuche. Comida tirada porque las heladeras no andan.
Y entonces nos enteramos que AySA y EDESUR tienen un convenio para resolver emergencias en edificios. Pero, dice AySA, que no se pone en práctica porque espera que EDESUR indique adonde ir a dar agua.
Todo errático. Pleno de incapacidad. Estaban rapiñando en la oscuridad y salió el sol.
Eso sí: ahora tenemos un comité de crisis.
Funcionarios del gobierno señalaron que la crisis se debía al éxito del modelo, que producía mayor consumo eléctrico. Mientras tanto, en un piquete realizado en Flores, un miembro de la Policía Federal asesinaba a un manifestante de un disparo con arma de fuego. Mató a Ángel Duarte, de 40 años, que sólo reclamaba luz.
En medio de todo esto, al dibujante del diario oficialista Página 12, se le ocurrió, hace unos días, un chiste en el que culpa a la clase media por quejarse, habiendo aprovechado las bajas tarifas. Un periodista de INFOBAE explicó el dislate del dibujante diciendo que el kirchnerismo no mata pero estupidiza para siempre. Sin embargo el dibujante tal vez expresó lo que va haciendo el gobierno. Ajustar tarifas y hacer pagar al pueblo el dinero que hace falta para las inversiones. Ya aumentó el subte, los micros...
Capitanich y De Vido culpan a EDENOR y EDESUR como si el gobierno (éste y anteriores) no fueran corresponsables de que las empresas no invirtieran. El Gobierno tiene un Gerente en ambas empresas...

No hay planes de contingencia, ni planes ante desastres.
En ocasión de la tragedia de Cromagnon, de la de Once o de las inundaciones de La Plata dijimos que no hay planes de contingencia.
De la misma manera que no hay hipótesis de conflicto en Defensa Nacional, aún teniendo una parte del territorio ocupado por el colonialismo inglés, no hay planes ante emergencias y desastres.
Indefensión nacional se corresponde a Indefensión poblacional.
Existe una disciplina que se denomina Gestión del riesgo. De ninguna manera se mira un evento no deseado como un castigo divino. Gestión del riesgo es manejo del riesgo, cómo se lo previene y cómo se actúa ante él.
Incluye la prevención ante un evento no deseado para que no ocurra (Fase preventiva) y para eso primero hay que detectarlo (por baja frecuencia que tenga).
Continúa con la Fase de acción en el evento no deseado, si ocurre a pesar de toda prevención. Aquí entrarán en acción los operadores previstos con planes e instrumentos previamente dispuestos. Por último viene la Fase de reparación y rehabilitación destinada a las víctimas y sus bienes destruidos.
En todo plan de seguridad pública ante accidentes hay, primero, hipótesis de desastres posibles. Estas hipótesis se tejen analizando la probabilidad de que un hecho se produzca y la gravedad de sus consecuencias. Es lo que se llama “Análisis de Riesgo”.
¿El sistema de prevención nacional, provincial y local no tenía como hipótesis que algo así ocurriera?. Esto indicaría, al menos, imprevisión por parte de las autoridades.
Una vez que se han analizado las catástrofes posibles, deben existir tres fases a planificar:
1.       Fase de prevención. Destinada a evitar que el siniestro ocurra.
2.       Fase de acción en la emergencia. Destinada a actuar si, a pesar de lo anterior, el siniestro ocurre, para que las consecuencias sean lo menos graves posibles. Tiene el objetivo de disminuir el número de víctimas actuando con rapidez, con un plan previo, y con el personal y los medios técnicos médicos y no médicos necesarios.
3.       Fase paliativa. Destinada a paliar  los daños morales y materiales en las víctimas. Incluye la reconstrucción y la rehabilitación.

Pareciera que esto no existió en estos días. Y no por una impericia eventual, sino una actitud consolidada frente a los peligros a los que puede estar sometida nuestra sociedad.
No importa que le pase a la población. Sólo es sagrada la obscena riqueza acumulada de la rapiña nacional

¿Es por las tarifas bajas?
Rápidamente el coro de ajustadores dio su explicación: por las tarifas bajas y subsidiadas las pobres empresas sólo pueden pagar los salarios y no les alcanza para los arreglos, reparaciones, reemplazos. Pero da la casualidad que las acciones de esas empresas han estado en alza y sólo bajaron ante la amenaza de estatización. ¿Será que los inversores ahora quieren perder dinero?.
Es raro.
Y salen las comparaciones del precio de la electricidad en distintos países. Pero los salarios de esos países tampoco son los de aquí.
Si ponen las tarifas de Bélgica, queremos sus salarios. Veamos.
Si comparamos algunos sectores según su ingreso medio en dólares, entre Argentina y otros países, a principios de 2013, podemos encontrar lo siguiente en INTERNET:
En dólares
Argentina
España
Reino Unido
Bélgica
Médicos
839
2909
11142
10062
Maestros
647
3811
6276
3013
Vendedores de comercio
536
1474
2622
2278
Ingenieros civiles
1374
2478
8139
3881
Analistas de sistemas
900
2504
5678
4034
Abogados
734
3624
6396
3812

Como se ve, hay una gran diferencia. Y estamos hablando de trabajadores en blanco. Los trabajadores en negro, están peor. Se habla de un salario medio para ellos de $ 3500.- (350 dólares “blue”). Y son ocho millones de personas, la mitad de los empleados del país.
Pero, además, la excusa de los subsidios es inaceptable. Esos subsidios fueron los que permitieron enriquecer, por ejemplo, a los Cirigliano en el transporte (¿o la tragedia de Once fue porque no tenían dinero para arreglar esos trenes?).
Lo que ocurre es que se embolsaron el dinero, que debían reinvertir, en complicidad con este Estado cuasi mafioso y surgieron fabulosas fortunas entre los “amigos del poder”. Para eso y por eso no invirtieron. ¿Y el ENRE dónde estaba?.
El negocio es recibir una concesión para “cobrar los subsidios”.

Hay dinero.
Ese dinero está, por ejemplo, en las ganancias del juego que no paga impuesto. En una no tan extraña coincidencia el macrismo y el kirchnerismo coincidieron en condonar una deuda impositiva de $ 2.000 millones al empresario del juego y novel petrolero y dueño de medios, Cristóbal López. Casualmente, kirchnerista.
Está en el oro, la plata y los minerales estratégicos que se llevan las megamineras como barros con irrisorios impuestos. Está en la renta financiera exenta.
Está en las ganancias de las petroleras que esquilmaron y esquilman nuestro petróleo y gas. Está en grandes latifundios (gran parte extranjerizados) que pagan irrisorios impuestos y son verdaderos Estados dentro de nuestro país.
Etc., etc., etc.

No sólo la distribución.
Y el problema no es sólo la distribución. También la generación, donde tampoco se invirtió lo necesario. Ni siquiera para el crecimiento vegetativo.
Ni se buscó cambiar la matriz energética primaria por la cual la energía se produce en su inmensa mayoría en base al combustible fósil.
Debe volverse al criterio conservativo de Mosconi que buscaba combinar el petróleo y el gas con la energía eólica, de las mareas, hidroeléctrica, atómica, etc.
Porque un país industrializado e independiente debe controlar su energía. Y porque el acceso a la energía es también un derecho humano que un Estado Patriótico y Democrático debe proveer.
Es bueno recordar, en estos momentos tan duros, que una inmensa mayoría de la población no tiene acceso a la salud, al agua, al gas, a la electricidad.
Y no es, como piensan algunos de pensamiento corto y bolsillos llenos, que “esos no importan porque ya están acostumbrados”.

Estatizar desde la generación a la comercialización.
Para resolver lo anterior es preciso estatizar desde la generación a la comercialización. Y ajustar a los que, al decir de la Sra. Presidente, “la  juntaron con pala en estos años”, para obtener el dinero necesario. Con control multisectorial por lugar, y de usuarios, trabajadores y técnicos.
Y, también, hace falta otro Estado Patriótico y Democrático. Desratizado de tanta alimaña depredadora, al servicio de potencias extranjeras y sus servidores nacionales: sus Gurkas.
Los buitres revolotean en el cielo sobre las ruinas de nuestro país. Los animales carroñeros continúan con su labor. Y el pueblo sufre dolores indecibles.
Sólo la independencia de toda dominación extranjera evitará que esto continúe.

domingo, 24 de noviembre de 2013

“EDUCACIÓN TÉCNICA, DESARROLLO INDUSTRIAL INDEPENDIENTE Y DEFENSA NACIONAL” Horacio Micucci

 “EDUCACIÓN TÉCNICA, DESARROLLO INDUSTRIAL INDEPENDIENTE Y DEFENSA NACIONAL”
Horacio Micucci

“La siembra de la ciencia germinará para la cosecha del pueblo”.
Epígrafe de “Principios de la Química” Dimitri Mendeleiev
 (Autor de la TABLA PERIÓDICA DE LOS ELEMENTOS) 1834-1907

Pedes in terra ad sidera visus. Con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas.
Lema de la Universidad Nacional de Tucumán.

I.- Introducción:
Las estadísticas oficiales de mediados de 2011 dicen (Secretaría de Política Universitaria del Ministerio de Educación de la Nación) que de cada cien alumnos que ingresan a la Universidad pública sólo se reciben seis. De esos seis muy pocos hacen posgrado.
De cada cien alumnos que ingresan al primario sólo 31 llegan a terminar el secundario obligatorio. De cada 100 alumnos que ingresan al secundario, sólo 50 lo terminan.
Y todo lo anterior es peor cuando más pobre es el sector social. Y la degradación del aprendizaje también.
Las cifras de más arriba no son nuevas:
Un Editorial del Diario La Prensa del 12 de setiembre de 1983 decía:
“El número de alumnos que se incorporó anualmente a los distintos ciclos de la enseñanza fue, entre 1976 y 1981, significativamente inferior al del quinquenio 1970-75... La matrícula de educación de adultos marcó una dramática caída: en 1970 tenía 222.796 alumnos y apenas 127.957 en 1981. En el ciclo secundario entre  1970-1975, se inscribieron 269.775 alumnos y entre 1976-1981 apenas 127.957.”
En la década del 90, con el deterioro de las condiciones de trabajo (fundamentalmente de los derechos de los trabajadores) y las crisis económicas, llegó la Ley Federal de Educación (1993), que intentaba transformar el sistema educativo pero, aunque era un objetivo no declarado, consiguió hacer desaparecer las Escuelas Técnicas como tales, Curiosamente (o no tan curiosamente) surgieron Tecnicaturas Superiores privadas. La Ley Federal establecía una educación general básica (EGB) de nueve años y un ciclo polimodal de tres años con cinco modalidades, pero nada decía de las escuelas técnicas. (1)
Siguiendo este modelo, en 1991 se transfirieron a las provincias las escuelas secundarias nacionales (sin las partidas presupuestarias correspondientes), y con ellas cuatrocientas escuelas técnicas con más de doscientos mil alumnos, perdiendo el apoyo del CONET, que en 1993 es disuelto. (1)
¿Ese fracaso no será, en realidad, la expresión de la implantación de un proyecto de Argentina reducida a la producción primaria y el ensamblado de materiales importados, indefensa ante la rapiña de quienes la oprimen, es decir dependiente y sumisa?.
A partir de 2001 empezaron cuestionamientos de alumnos, padres y empleadores. Se advertía la disminución en la calidad de la educación y la pérdida de una herramienta de trabajo. La relativa reactivación a partir de esos años, con demanda de nuevos trabajadores, puso en evidencia la escasez de personal calificado. Esto hizo que no desaparecieran las escuelas técnicas y resurgieran a través de la Ley de Educación Técnica (2005). (1)
Sin embargo, encuestas realizadas por especialistas, hacia el año 2010, a estudiantes, padres y empleadores mostraban resultados preocupantes. Se advertían deficiencias que, en opinión de los encuestados tenías causales diversas, a saber:

·      Situación económica de los alumnos
·      Metodología utilizada por los profesores
·      Deficiencias en la formación del cuerpo docente
·      Base insuficiente en Ciencias Básicas
·      Falta de técnicas y horas de estudio
·      Falta de actualización de contenidos
·      Disminución de horas de taller y laboratorio
·      Falta de conocimiento de herramientas y software actuales

Lo notable es que esas causales aumentan desde 2004 (la década ganada según el gobierno). Los mayores porcentajes de disconformidad se dieron respecto a las carencias en ciencias básicas y la disminución de horas de taller y laboratorio. Las encuestas daban índices de insatisfacción del orden del 70%. (1)
Las opiniones recogidas por los investigadores citados reflejaban disconformidad respecto a la formación como técnicos competentes cuyas capacidades están basadas fuertemente en el conocimiento científico y en el “saber hacer”, logrados en las prácticas de laboratorio y en los trabajos de taller. También había, y hay, un crecimiento en la disconformidad respecto a los métodos utilizados por los profesores, la falta de técnicas y horas de estudio y en la formación del cuerpo docente, como causas que afectan y afectaron la adquisición de competencias.
La segunda problemática, percibida especialmente por los egresados, fue la disminución de horas de taller y de laboratorio. Según algunos trabajos de investigación las encuestas indican la necesidad del “saber hacer” que habilite para el mundo del trabajo, íntimamente relacionada con el “saber” científico”, es decir, con la práctica que debe estar enraizada en el conocimiento para poder analizar e interpretar correctamente resultados y la capacidad de transferirlos a otros ámbitos.
Los empleadores encuestados se quejaban de la falta de conocimiento, por parte de los técnicos, de las herramientas y software actuales, lo que manifestaba la falta de capacidad de la escuela de seguir los cambios tecnológicos por la falta de adecuación de los profesores así como por las posibilidades y los recursos con los que cuentan las escuelas técnicas, muy inferiores a los de las industrias. Tanto profesores como alumnos perciben como un refuerzo sumamente necesario las pasantías o “prácticas profesionalizantes” en los lugares de trabajo.
Los expertos en esta temática sostienen que los reclamos de alumnos, padres y empleadores muestran la pérdida de la esencia de la Escuela Técnica, dado que no se logran las competencias requeridas exigidas por el trabajo o el estudio. (1)
Se evidencia una falta de capacidades y habilidades que emanan de un insuficiente conocimiento de las Ciencias Básicas que, además, apunten a la resolución de problemas, a formar un espíritu crítico y a la posibilidad de transferir dichos conocimientos a situaciones problemáticas diversas en su trabajo, su estudio o en la vida en comunidad.
Todo esto que empezó notoriamente en el Proceso, se continuó después y sigue en la actualidad, lo que es una muestra de que las ideas básicas del tipo de país dependiente desgarrado por la rapiña de distintas potencias (yanquis, chinos, ingleses, rusos, franceses, etc.) sigue persistiendo. Y que la década “ganada” no es una década de industrialización y desarrollo. Es una década más de primarización de la economía.
Y, entonces, lo que ocurre con las Escuelas Técnicas: ¿No será consecuencia de aquello que dijo un funcionario del Proceso en su momento, sosteniendo que daba lo mismo fabricar acero que caramelos? ¿Estará relacionado con toda la desindustrialización que empezó con el Proceso?. Lo que tenemos ¿no es la Escuela Técnica de un proyecto de una Argentina dependiente, indefensa, extractivista, primarizada?.
      Se ha publicado que “tal vez los funcionarios responsables escucharon hablar de la globalización y viendo que los importadores, comerciantes y bancos tenían buenas ganancias supusieron que la riqueza surge del intercambio, o de la actividad bancaria y que era más barato traer cosas de afuera. Como si la plata para comprar lo que otros países producen viniera del aire, y no que las riquezas sólo provienen de la tierra y del trabajo productivo.”.  Y que tal vez ignoraron “...que en Argentina, la industria que emplea la mayor cantidad de mano de obra aún está muy alejada de la automatización y la robótica y para muchas pequeñas y medianas empresas, la vieja y obsoleta cadena fordista y los métodos tayloristas son más avanzados de lo que están haciendo. E incluso el pasaje a niveles que acerquen a las tecnologías de punta, requieren de una formación y educación básica que no aparece en los planes de los ministerios, más interesados en destruir lo viejo que en reemplazarlo por algo superador.” (2)
Creemos que las variantes de proyectos políticos de distintos gobiernos gerentes de la dependencia tienen elementos comunes que perduran. Y que no hay falso disfraz industrialista, desarrollista ni neo desarrollista que cubra sus consecuencias sobre la escuela técnica.
La situación de la enseñanza técnica es parte de la destrucción de la capacitación de la mano de obra, continuidad de la destrucción de la industria nacional independiente. Parte de ello es la flexibilización laboral, el trabajo multifunción en lugar del oficio y la especialización.  ¿Para qué haría falta la formación técnica en un país primarizado? ¿Para qué invertir en ella si finalmente la mayoría quedará desocupada y los que consigan trabajo no lo harán por dicha formación?.
La consecuencia actual es la superexplotación de los más jóvenes y desaprovechamiento de la experiencia de los mayores, con desocupados estructurales. Y tres generaciones sin trabajo estable, en algunos sectores, junto a jóvenes que no estudian ni trabajan y que no tienen posibilidad de adquirir habilidades prácticas mínimas.
Y, por último y no menos importante, se va perdiendo el carácter del trabajo como ordenador de vida e integrador social, como actividad creadora. Así se generaron y se generan las condiciones para la drogadicción, la trata de personas, la lumpenización. La destrucción de la Educación Pública, y de las Escuelas Técnicas en particular, se desarrolla, desde este punto de vista, con tal coherencia que es difícil no sospechar de la intencionalidad de sus autores.

II.- ¿Porqué relacionar educación y desarrollo industrial?
Las fuerzas productivas de un país están compuestas por los medios de producción (las máquinas) y los hombres que trabajan en ellas. Sin embargo, en nuestro concepto, son los hombres el elemento principal de las fuerzas productivas de ese país. Si esto es así, la capacitación y la educación de ese hombre son elementos sustanciales para el desarrollo industrial (y también agrario) del mismo. Es clave, entonces, detenernos en la educación que hace falta para hacer de Argentina un país industrial y agrícola integrado e independiente, desde el punto de vista económico y político, con un pueblo en el que recaiga la soberanía de una democracia grande, ampliada y efectiva.
Presidimos este artículo con un epígrafe de Mendeleiev. No se podría enseñar química, hoy, prescindiendo de sus aportes. De misma manera que ocurriría con Newton o  Einstein en la enseñanza de la física.
Algunos imaginan a Mendeleiev como un “científico puro”, alejado de aplicaciones concretas. Están en un error quienes así piensen.
Mendeleiev realizó, en su época, un vasto programa de aplicación de la ciencia a la economía y fue precursor de la quimización de la industria y la agricultura, llegando a hacer aportes sobre política petrolera. De la misma manera, es preciso integrar (en una unidad con contradicciones reales a resolver) la ciencia básica, la ciencia aplicada y la tecnología, para un proyecto científico técnico de aquella Argentina independiente de toda dominación extranjera, como dice el Acta de nuestra independencia (olvidada con frecuencia por demasiados gobernantes).
Y, dado que de enseñanza técnica y de independencia tecnológica se trata, conviene detenernos en algunas definiciones:
¿Qué es tecnología?.
Etimológicamente proviene de dos palabras griegas: techne que quiere decir arte y habilidad aplicada y logos que quiere decir conocimiento.
Pero de inmediato surgen preguntas: ¿Tecnología es sólo el artefacto o la máquina (“hardware”)? ¿Y el software no es tecnología?. Hoy se reconoce que hay tecnologías duras (las primeras) y blandas (las segundas). Entre estas tecnologías “blandas” hay tecnologías de comercialización, de logística, de distribución, de diseño y evaluación de proyectos sociales, etc.
¿Y dónde reside la tecnología? ¿Sólo en la máquina o también en el hombre?. ¿Y si residiera principalmente en el hombre?. ¿Sirve el mejor instrumento sin el hombre capaz de manejarlo? En el inicio ¿quién diseña y construye ese instrumento sino es el hombre?.
Podríamos decir que al principio fue el hombre.
Sería de desear que, en los resultados, el objetivo fuera el hombre. En nuestro caso la mujer y el hombre que habitan nuestra Patria. Nuestros hermanos.
Tomemos a un tecnólogo, ya fallecido, de ideología desarrollista como Jorge A. Sábato. Para él, tecnología era “el conjunto ordenado de conocimientos necesarios para la producción y comercialización de bienes y servicios”. También se la suele definir como un complejo de conocimientos, métodos y materiales usados en hacer una cierta clase de técnica para la producción y comercialización de bienes y servicios. Pero, nos atrevemos a afirmar que lo principal de la tecnología reside en la cabeza de los hombres (conocimientos y métodos). (3)
Aunque es poco reconocido, ese hombre que trabaja en la máquina también actúa como productor de innovación tecnológica.
Hace más de cuarenta años (principios de la década del ´70) un investigador llamado S. Hollander efectuó estudios de productividad en cuatro establecimientos productores de rayón de Dupont en EE.UU. Sus conclusiones fueron sorprendentes. Introducida una nueva tecnología, cambios técnicos menores producidos por quienes operaban las máquinas eran responsables de casi dos tercios de la reducción de costos unitarios atribuibles a cambios tecnológicos. Este proceso de mejoras, obra de los operarios, llegaba a manifestarse hasta diez años después de la introducción de la nueva tecnología. (4)
En la actualidad los aportes de los operadores son utilizados por fabricantes de software que distribuyen copias “alfa y beta” entre técnicos y usuarios que aportan, gratuitamente, sus experiencias y de las cuales surgen perfeccionamientos posteriores. No otra cosa hace Microsoft. Lo mismo ocurre con el software abierto  de LINUS.
Todo lo anterior habla del papel del hombre en el desarrollo de las fuerzas productivas y de la necesidad, por lo tanto, de su capacitación como parte fundamental del desarrollo productivo.
Es importante tener en cuenta que la tecnología no es de validez universal. Las distintas tecnologías dependen del contexto y las necesidades concretas que deben resolver. De allí surge el concepto de Tecnología apropiada de la OIT, la OMS y la ONU. Una tecnología, para responder a tal calificación, debe tener tres características. Debe ser:

1) científicamente válida,
2) técnicamente eficaz y
3) socialmente aceptable.

 Lo anterior significa que no basta con el carácter científico de la misma, sino que debe lograr los efectos esperados en el lugar donde se aplica, en la máxima cantidad en relación con los medios utilizados. Pero, además, debe corresponderse con el proyecto social global del lugar donde se aplica. Ergo, no hay tecnología de validez universal. Debe ser evaluada en función, en nuestro caso y en nuestra opinión, de un proyecto nacional y social de independencia nacional y soberanía popular
Por último, la tecnología se puede obtener por métodos científicos o empíricamente y hasta copiándola. Esto último han hecho países como Inglaterra, EE.UU., Japón, Italia, China, etc. Y ocurre que aquellos que copiaron (“robaron”)  tecnología son los que, cuando tienen sus propias patentes, se convierten en quienes nos impiden a nosotros (países oprimidos) su mismo camino.
Lo anterior nos lleva a que es necesario decidir qué tecnología se compra o se desarrolla, de  acuerdo a un proyecto de país y a su objetivo nacional y social. Las soluciones tecnológicas no son universales, son particulares y contextualizadas, por definición.
Volvamos al desarrollista Jorge A. Sábato y su concepto de “Paquete tecnológico”. Decía Jorge A. Sábato que no había que comprar el producto hecho. Había que “abrir el paquete tecnológico” y comprar sólo aquella parte de la tecnología que no podemos fabricar. Algunos creen que su uso del término “paquete” era una traducción del inglés “package”.  Sin embargo, contaba Jorge A. Sábato que lo había tomado de la letra de un tango que decía: “cuándo el gil abra el paquete y vea que se ensartó”. Por lo tanto “no había que ensartarse y comprar el paquete cerrado y hecho afuera”. Como se ve, la compra de vagones de ferrocarril en China, totalmente terminados, sin ninguna transferencia y sin participación local, realizados por el actual gobierno, no es industrialismo. (3)
En suma: lo fundamental es el hombre que opera las máquinas. Por eso es necesaria su educación técnica, en función de un determinado proyecto de país y las necesidades de su pueblo.

III.- ¿Porqué hace falta la industria y una Argentina industrial?
El punto de partida para analizar este tema es definir en que mundo vivimos.
No vivimos un mundo “globalizado” de países respetuosos de los derechos de los demás países, interdependientes, como se dice ahora, sino que estamos en un mundo en que los países no son iguales.
Hay un pequeño número de países opresores y una mayoría de países expoliados y limitados en su soberanía, por los primeros. Y Argentina pertenece a los pueblos, países y naciones expoliadas.
La incomprensión de esta cuestión esencial hace que algunos imaginen a Argentina como aliada a nuestros enemigos sin comprender que el esclavo nunca conseguirá su libertad como aliado del amo. Se pregona así una política de buena letra, para congraciarse con el dominador, que nos ha llevado a la situación actual. En realidad es una política de sumisión nacional.
Como esto es así, nuestra independencia exige dominar todas las etapas de la producción y controlar los efectos esenciales de la misma, ya que lo contario nos hará débiles, presionables, vulnerables.
Ser independientes es de interés de la población. No es sólo una definición ideológica.
Nuestra economía ha sido primarizada y eso repercute en la vida cotidiana de los argentinos. Se ha profundizado el monocultivo sojero. Nuestra industria ha sido destruida o extranjerizada. Se ha profundizado la dependencia nacional.
Una parte de esa industria nacional reciente está compuesta sólo por armaderos, son sólo ensamblados de componentes extranjeros.
Nuestra industria petrolera es extractivista.
Ya que iniciamos este artículo con una cita de Mendeleiev, es bueno recordar que este científico estudió la industria petrolera naciente en EE.UU. y, sabiendo que el petróleo estaba integrado por múltiples moléculas que permitían el desarrollo de una industria petroquímica de la cual podían obtener numerosos productos (decenas de miles de productos derivados de la petroquímica facilitan nuestra vida cotidiana) , se escandalizaba con la circunstancia de que sólo se lo utilizara como combustible. Decía Mendeleiev: “Es una materia prima valiosísima, hay que transformarla en otros productos importantísimos, no limitándose a emplearla como combustible. Calentar se puede hacer hasta quemando billetes de banco.”
¡Qué lejos de la política actual en el cual lo principal de su uso es como combustible en un país donde la matriz energética fundamental es la combustión de hidrocarburos!.
Detengámonos en el caso de la Megaminería, que es uno de los sectores apoyados en el período kirchnerista. El modelo en curso, también en esta área, es extractivista. Se extraen (por métodos contaminantes) y se exportan barros (que en realidad contienen oro, plata y minerales estratégicos) pagando mínimos cánones por ello (menos aún que en Chile).
Una respuesta desarrollista, de desarrollo en condiciones de dependencia, hubiera impulsado que algo de la purificación de esos barros lo hicieran capitales extranjeros pero dentro del país. Esto hubiera profundizado la dependencia también, ya que la experiencia demuestra que esos capitales extranjeros se llevan más de lo que dejan. Pero ni eso se hace hoy. Se exportan barros sin procesar.
Una alternativa, verdaderamente nacional, hubiera sido repetir la experiencia del primer gobierno del General Perón que consistió en que, creado el Banco Industrial, se compraba a pequeños mineros nacionales su producto extraído y luego se purificaba en el país. En esos años, y de esta manera, Argentina produjo Molibdeno, mineral estratégico para la industria nacional. Hoy se podría repetir la experiencia con la obtención de uranio para la industria atómica.
O sea, lo que actualmente tenemos es primarización en ferrocarriles, en petróleo, en minería, en producción agraria, etc.
Lo predominante en el “modelo” actual es la primarización de la economía. Esa es la verdad detrás del “relato” oficial.
Y ha surgido un empresariado de intermediación, nativo pero no nacional, del cual importantes sectores vinculados a este gobierno forman parte. El empresario Franco Macri,  kirchnerista confeso y padre de Mauricio Macri, según se afirma en su pagina (www.francomacri.com.ar ), fue designado como “Consejero para inversiones en Latinoamérica” en 2006 por la Asociación para la Promoción y el Desarrollo Industrial de la República China en el Mundo. O sea, una especie de embajador representante para los negocios de China en América Latina. Fue intermediario de la compra de vagones de ferrocarril en China para Argentina, por lo cual habría cobrado una comisión de 380 millones de dólares. ¿Un empresario de estas características apoyaría una política ferrocarrilera nacional?. ¿podría apoyar una política ferrocarrilera basada en las ideas de Raúl Scalabrini Ortiz?. No. Porque es un empresario de intermediación con una potencia extranjera.
En la Industria del medicamento existe un grupo, de estas características, llamado CHEMO.
CHEMO es una compañía basada en Madrid, con plantas químicas para la fabricación de principios activos en España, Italia y China; fabricación de productos farmacéuticos en España, Francia, Portugal, Suiza, Polonia, Rusia, Tailandia, India, Vietnam y China, entre otros.
Los negocios de CHEMO (controladora de ELEA en Argentina) tienen base en Barcelona y posee industrias químicas de principios activos (lo principal del medicamento) en Italia (Industriale Chimica), en España (Química Sintética) y hasta en China (Gold Pharma). También fabrica productos terminados en España (Liconsa y León Farma) (http://www.chemogroup.com/worldwide-presence/). Es decir lo principal del medicamento lo produce en el exterior.
A partir de 2006, CHEMO inició un nuevo proceso de internacionalización con el nacimiento de Gold Pharma (China) y comprando participaciones en las compañías Nexchem de China y Nosch de India”. (http://www.hugosigman.com.ar/inicio/hugosigman_inicio.php)
En el año 2010 se produjo una alianza estratégica entre la empresa “argentina” Chemo y la asiática Fosum para investigar, desarrollar, producir y distribuir medicamentos genéricos para el mercado chino e incluye la construcción de una planta en Shangai.
Recientemente el Grupo CHEMO asociado a Novartis y con apoyo del actual gobierno constituyó una asociación para fabricar vacunas en Argentina, entre ellas la de la Gripe A. El gobierno argentino le comprará su producción a precio internacional. Mientras su planta no produzca, el gobierno comprará las vacunas, a precio internacional, al más grande monopolio internacional de medicamentos: Novartis.
Con el dinero de este proyecto se podría haber impulsado la fabricación estatal apoyando plantas como las del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Julio Maiztegui” de Pergamino.
El “modelo” actual no es un proyecto nacional independientista. Es un modelo dependiente, que usa al Estado para favorecer el crecimiento de un grupo de empresariado de intermediación “amigo”. Es el conocido como “modelo surcoreano”.
El empresariado de intermediación de la industria del medicamento produce un déficit en la balanza comercial. La balanza comercial es negativa por la situación de escasa producción nacional de principios activos (el aspecto fundamental en los medicamentos). La sustancia activa principal en los medicamentos que se fabrican en el país, se compra en el extranjero. De esta manera, aunque la exportación de medicamentos fue de US$ 806 millones en 2011, las importaciones de los principios activos necesarios fue de US$ 1.790 millones en 2011. Esto significó, en ese año, una balanza comercial deficitaria en US$ 984 millones.
O sea, esta política produce dependencia, descapitalización, primarización. No es independientista, no es industrialista. Y eso perjudica al pueblo y la Nación que paga productos caros, sufre desocupación, y ve deteriorarse su vida cotidiana. La harina, el pan, la carne y la yerba encarecen. A esto se corresponde a la destrucción de la educación técnica. Es una consecuencia más del modelo.

IV.- ¿Qué tipo de industria haría falta?: LAS CINCO RELACIONES.
Hay, al menos cinco contradicciones a superar en el desarrollo industrial argentino. Ello determinará también la amplitud y el contenido de la Educación Técnica que se promueva.
1.- Relación entre Industria y Agricultura
Industrializar no significa abandonar la agricultura. Todo lo contrario, exige también, hacer real la propuesta de la Federación Agraria Argentina: Reforma agraria con un millón de chacras con campesinos propietarios. Además, deberá atenderse a la comercialización de sus productos.
Decía el General Perón en sus primeros años: Es indudable que una coordinación acertada de las operaciones de comercialización e industrialización es también un factor fundamental en la valorización de los productos. Los chacareros saben lo que cuesta conquistar de la tierra un quintal de maíz. Y es penoso que cuando ese quintal de maíz ha producido la suma de diez pesos, vaya a través de los ferrocarriles o la hornalla de una fábrica o al pesebre de unos cerdos muriendo también en la misma suma. En cambio una industrialización conveniente evita que ese quintal nacido en diez pesos muera en diez pesos, pues obteniendo de él todos los subproductos que contiene su valorización puede llegar hasta cuatro veces su precio primitivo. Con eso... puede mejorarse a productor, puede obtener mayor ganancia el industrializador y puede quedar un remanente para pagar mejor la mano de obra... Es menester realizar lo que la economía moderna exige: no exportar nuestro trabajo agrario, sino exportar los productos ya industrializados para que la riqueza de la producción y del trabajo queden en nuestro propio país.” (5)
Todo lo contario al actual impulso del monocultivo sojero.
La Agricultura no debe ser contrapuesta al desarrollo industrial ya que produce materiales necesarios para la vida de lo más importante de las fuerzas productivas que es el hombre y también materias primas para la industria. Entonces, es preciso desarrollar la industria sin abandonar la agricultura, y ayudar a tecnificarse a un millón de pequeños productores propietarios surgidos de la Reforma Agraria necesaria. La escuela técnica deberá apoyar la capacitación de la mano de obra de ese millón de chacareros propietarios surgidos de la reforma agraria necesaria.
2.- Relación entre Industria concentrada o diseminada: Grandes empresas estatales integrando a PYMES e industriales verdaderamente nacionales.
Aquí aparece la necesidad de contemplar la defensa nacional. Se presentan varios prototipos industriales posibles.
¿Una Industria grande y centralizada (como el pino, que crece rápido y alto pero que es frágil ante una tormenta?). Desde el punto de vista de la Defensa Nacional este prototipo es difícil de defender ante un ataque externo a una Argentina Independiente.
Una alternativa sería una industria descentralizada, pequeña y diseminada, como el césped, que si se lo quema siempre queda una porción capaz de volver a crecer.  Esta es una mejor alternativa para la defensa nacional pero no permite desarrollos que respeten escalas adecuadas.
A los cuestionamientos anteriores se puede ofrecer, como respuesta, un modelo combinado de diseminación que incluya centros de mayor escala. Una industria como el hongo, que se disemina debajo de la tierra y tiene algunas setas que afloran al exterior. Este último prototipo “tipo hongo” une la necesidad de la escala, con centros mayores, unido a lo diseminado que es menos vulnerable a una agresión (pensado desde la Defensa Nacional).
Se deben tener en cuenta e integrar a las PYMES, por lo anterior, porque son  grandes empleadores, en conjunto, y son un aporte a la lucha contra la desocupación.
La Educación técnica que se promueva debe, entonces, extenderse por el país, alcanzar al conjunto de la población en sus distintas áreas y combinar técnicas simples con avanzadas.
3.- Relación entre Industria pesada e Industria liviana.
Con centro en la industria pesada (que es clave para la independencia y es productora de medios de producción) se debe desarrollar la liviana, que produce los elementos esenciales para el sustento para el hombre (principal elemento de las fuerzas productivas). La Industria liviana, además, producirá una mayor ampliación del capital, que puede luego ser reinvertido en el desarrollo de la industria pesada que, a su vez, es base de la independencia y control del ciclo completo. La educación técnica debe contemplar contenidos que responda a las necesidades tanto de la industria pesada como de la liviana.
4.- Relación entre Industria de los grandes centros urbanos y la del interior.
Esto implica un verdadero desarrollo federal de autonomía local e integración nacional. Se corresponde a un país de desarrollo armónico sin un tercer mundo adentro del tercer mundo.
Federal y no unitario. Federal en la concepción artiguista: “Pa que naides sea más que naides”.
La política actual en el plano de lo impositivo, coparticipativo e industrial es cada vez más unitaria, centralista. Será necesaria una logística adecuada para favorecer el desarrollo industrial (y agrícola) del interior. Implica combinación de camión, ferrocarril y barcos y su producción. Y el avión como transporte de cargas.
Esto incluye el desarrollo del transporte polimodal para favorecer a la industria más alejada, combinando el transporte automotor, con el ferrocarril y el marítimo, pluvial y aéreo.
Entonces la logística y la mano de obra para la construcción y el manejo camiones, trenes, barcos y aviones debe ser incluida entre los contenidos de la escuela técnica.  
5.- Relación entre desarrollo industrial y Defensa Nacional.
También en la defensa nacional el hombre es más importante que el arma. El General Vo Nguyen Giap que comandó las tropas vietnamitas que derrotaron a los franceses en la Batalla de Dien Bien Phu y luego a los norteamericanos, sostenía esto. (6)
Todo lo que contribuya al bienestar físico e intelectual del hombre argentino es clave para una Defensa Nacional Integral y Popular, que siga el ejemplo de 1806 y 1807 y de nuestra Guerra de la Independencia. También lo será para la reconquista indispensable de nuestras Malvinas y mares e islas colonizadas por el imperio británico.
Pero Defensa Nacional no es sólo tener balas (necesarias). También es industria para la Defensa de la Patria y el patrimonio Nacional.
Desarrollos y multiplicación de ejemplos como el Astillero de Río Santiago (que continua siendo estatal por la lucha de sus obreros) son claves para la industria naval, la construcción de una Flota Mercante del Estado, marítima y fluvial y el control de la riqueza pesquera. También lo es el control de toda la cadena productiva del petróleo desde el subsuelo al surtidor. Lo anterior es indispensable para recuperar Malvinas y para repeler toda agresión externa.
Lo mismo ocurre con el desarrollo de una química pesada, petroquímica y farmacoquímica. Esto es base, por ejemplo, para una política independiente de medicamentos, accesibles al pueblo. El antibiótico fue secreto de guerra de EE.UU. hasta 1945. Esa fue la base del predominio de la industria farmacéutica estadounidense posteriormente.
Estas áreas deberán, entonces, ser contempladas en la formación técnica necesaria.

V.- ¿Qué tipo de enseñanza?.
Debe relacionar adecuadamente la práctica y la teoría.
Decía Mendeleiev: “La concepción teórica que no equivale y no corresponde a la realidad, a la experiencia y a la observación, es simplemente ejercicio mental o incluso puro absurdo y no tiene el derecho al título de ciencia. Ciencia, en el sentido estricto de la palabra, se puede llamar hoy solamente lo que expresa la concordancia de la teoría y la práctica.”
Es preciso partir de la práctica. La capacidad de verificarse en la práctica es el único criterio de verdad.
Debe combinarse la enseñanza con el trabajo productivo partiendo de la práctica, e ir al conocimiento racional que debe ser comprobado nuevamente en la práctica.
¿Qué son los conocimientos adquiridos por los estudiantes en los libros?. Suponiendo que todos esos conocimientos sean verdaderos, son teorías elaboradas por los que nos precedieron basándose en la suma de experiencias, no son conocimientos extraídos por los mismos escolares. Es indispensable asimilar esos conocimientos; sin embargo hay que tener en cuenta que, en determinado sentido, son para los estudiantes conocimientos obtenidos y comprobados por otros. No los han comprobado los mismos estudiantes. Además, lo más importante es saber aplicarlos en la vida y en la práctica. Desde ya será muy peligroso si los alumnos se quedan contentos sólo con su experiencia. En ese caso les faltará teoría y, en consecuencia,  también tendrán conocimientos relativamente incompletos.

VI.- Cuatro nudos para la educación técnica.
Estos nudos a contemplar son:
a) Igualdad de oportunidades.
Este es el principal problema democrático de la educación. No debe haber limitación de ingreso ni expulsión de la escuela: la educación es un derecho inalienable.
Debe ser de tiempo completo con comedor incluido. Sería interesante promover una especie de “Escuela-Club de barrio” que iguale las oportunidades y vincule e integre socialmente. Sería un arma clave contra la droga, el delito y la “lumpenización”.
Una “Escuela-Club de barrio” que sea el lugar donde el joven encuentre el conocimiento teórico-práctico, con las inmensas posibilidades multimedia del presente, con laboratorios de capacitación práctica y, también, el lugar de esparcimiento, deporte y extensión cultural y artística, de encuentro y actividad social junto a sus coetáneos.
b) Contenido de la enseñanza. Práctica y teoría. Técnicos y Oficios.
Es preciso formar Técnicos para la informática, la metalmecánica, la construcción, la producción agropecuaria, la salud, etc. produciendo mano de obra capacitada.
El Uribelarrea (Pcia. de Bs. As.) existe la Escuela Agrotécnica Salesiana “Don Bosco”. Emite títulos de Bachiller Agrario (6to. Año) y Técnico en Producción Agropecuaria (7mo año). ¿Porqué el Estado no puede reproducir lo que hicieron los salesianos?. ¿Porqué no puede reproducir el ejemplo de la Escuela del Astillero Estatal de Río Santiago (Pcia. de Bs. As.)?.
Lo anterior debe incluir la capacitación en el lugar trabajo y la educación continua.
La Escuela Técnica debe sumarse a la formación en artesanías y oficios de jóvenes y mayores para recuperar con rapidez la mano de obra destruida en estas décadas. El desarrollo de una industria de la recuperación, el arreglo y el reuso de productos es importante para proveer a la población de bienes de uso con menos descartables y menos residuos contaminantes, que sea más amigable ambientalmente. El ciclo de formación debe ir desde oficios a técnicos llegando, en ciclos sucesivos, hasta la formación profesional.
No decimos nada nuevo: sostenía el General Perón refiriéndose a las escuelas técnicas, escuelas fábricas y preanunciando la UTN: “hemos pensado muchas veces que cuando un país inicia su industrialización, no puede realizarla solamente con buena voluntad. La Nación no ha de escatimar esfuerzos cuando se trate de capacitar a sus hijos para hacer grande esta tierra. Vamos a crear universidades técnicas. Aspiramos a que los futuros técnicos que han de tomar la dirección del país, salgan de estas escuelas de trabajo. Queremos que nuestros obreros, formados en las actuales escuelas de enseñanza técnica, puedan completar un ciclo total de aprendizaje.” (5)
No es el proyecto educativo de este gobierno ni de los anteriores.
c) Investigar y producir en pequeña escala.
Allá por los años 70 cuando, como estudiantes, discutíamos como debía ser la educación universitaria, teníamos un ejemplo que, decíamos, si se resuelven las contradicciones que encierra se obtiene el proyecto educacional que deseamos.
El ejemplo era el siguiente:
En Florencio Varela estaba el centro (de la YPF estatal) de investigación en petróleo más grande de Suramérica. En Ensenada estaba la destilería más grande de Suramérica. Y en la Universidad Nacional de La Plata no había ingeniería en petróleo. Nosotros pensábamos que los científicos que trabajaban en el centro de investigación debían ser los docentes de esa carrera de ingeniería y debía integrarse con la práctica en la destilería y que los estudiantes también debían ser los trabajadores de la destilería. Era nuestra idea de la integración de la práctica de la producción, la docencia y la investigación.
Hoy se dirá que esto era “utópico”, pero nosotros nos basábamos en ejemplos reales nacionales y extranjeros. El Astillero de Río Santiago tenía ya en ese tiempo una escuela cuasi secundaria donde se formaban hijos de obreros de la empresa que después entraban a trabajar en ella y, por esos años en la China de Mao, la fábrica de máquinas herramientas de Shangai formaba como ingenieros a sus obreros y eran mejores ingenieros que los de la Universidad de Beijín.
Por entonces, IBM exaltaba el método de evaluación de los ingenieros  electrónicos que se recibían en China: debían armar una computadora para recibir el título. Esto era lo que nosotros queríamos decir cuando planteábamos que la práctica es la madre de la teoría y que la capacidad de transformar la realidad era el criterio de verdad de cualquier teoría. El primer avión que surcó el cielo probó, con ese hecho nuevo en la historia de la materia, la veracidad de infinidad de leyes y teorías de la física, de la mecánica, de la metalurgia, de la aerodinámica, etc..
Sosteníamos que los alumnos deben poseer algo más que conocimientos librescos, también deben participar en el trabajo productivo. Sería bueno considerar la posibilidad de que los laboratorios y fábricas que dependan de escuelas y centros politécnicos y que sean capaces de producir, deban hacerlo en la medida de sus posibilidades, una vez asegurados los requerimientos de la enseñanza y de la investigación científica.
d) Presupuesto, cargos y salarios.
Desde ya todo lo expresado exige un presupuesto, los medios y los cargos necesarios con retribución justa y el tiempo de dedicación necesaria. El sistema educativo argentino tiene dos víctimas: el alumno y el docente. Y, por carácter transitivo a través de ellos, la Nación.

VII.- Algunas ideas sobre contenidos.
Decía Otto Krause en 1897 “los estudios técnicos se han de dividir en teóricos, de experimentación física, de laboratorio, de tecnología y de trabajos manuales. Los primeros solamente en la medida necesaria para comprender los principios que rigen las operaciones tecnológicas. Se han de aplicar los métodos más modernos y abreviados que permitan en poco tiempo adquirir los conocimientos esenciales”. (5)
Los ejes en los cuales se podría construir el programa de enseñanza podrían ser:
A) El eje de ciencias básicas.
Matemáticas, Física, Química, Biología, pero los contenidos enseñados deben girar alrededor del eje práctico del área técnica decidida en cada caso. Recalcamos: la materia alrededor del eje práctico y no en general. El concepto pedagógico debe intentar lograr que el alumno adquiera la capacidad de aprender de sus errores y sus aciertos y de los errores y aciertos ajenos y que adquiera capacidad para buscar soluciones a los problemas que se le planteen. Principalmente hay que lograr desarrollar su capacidad de buscar soluciones concretas y no sólo llenar su memoria de conocimientos indirectos.
B) El eje histórico-geográfico.
No se trata de obtener una máquina técnica humana sino un técnico con la comprensión ideológica patriótica y democrática que le permita una disciplina consciente. Debe conocer la historia y la geografía física, política y económica de Argentina y su relación con el mundo y la historia de las ideas, la  filosofía y las artes en cada contexto y simultáneamente. El Homo sapiens aislado no existe. Sólo existe en un lugar geográfico, histórico y social concreto. Debiera incluirse un eje sobre patrimonio nacional, su desarrollo y su defensa, para que conozca las grandes experiencias llevadas a cabo en nuestro país: el petróleo, la siderurgia, los ferrocarriles, la riqueza marítima, la energía atómica, el Pulqui II, el Misil Cóndor, el Rastrojero, la Estanciera, etc. No partimos de cero. Partimos de experiencias logradas.
Es más lo que nos han impedido hacer que lo que no pudimos hacer. Y lo debemos saber. La amnesia histórica es parte de nuestra opresión nacional. Cómo decía León Tolstoi: “Pinta tu aldea y serás universal”.
C) Entrenamiento para la defensa en los años superiores.
Mucho se ha discutido sobre el servicio militar obligatorio y la necesidad de la preparación de los ciudadanos. Desde ya que la experiencia del precedente servicio militar no es el camino a seguir. Una Defensa Nacional Popular Integral debe desarrollar la capacidad del pueblo. El entrenamiento en los lugares de trabajo y estudio es parte de la concepción de Pueblo en armas para la defensa que surge de las experiencias de 1806 y  1807 y de nuestra Guerra de la Independencia. La combinación de la formación técnica y práctica para una Defensa Nacional, integrada y para formar también a los cuadros profesionales debiera ser, al menos, parte del debate.

VIII.- Transformar la realidad.
Es necesario conocer para  transformar. Incluso conoceremos transformando.
Decía Paracelso en 1530:
“Quien no conoce nada no ama nada...
Quien no puede hacer nada, no comprende nada.
Quien nada comprende nada vale.
Pero quien comprende también ama, observa, ve...
Cuanto mejor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor...
Quien cree que todas las frutas maduran en el tiempo de las frutillas nada sabe de las uvas.”
Paracelso (1493-1541).

Primero será necesario un debate amplio.
Seguramente habrá errores y cambios en el camino práctico. No llegaremos desde el principio a un camino acabado. Para llegar al éxito seguramente transitaremos el camino del error.
Segundo, para llevarlo a cabo, será necesaria mucha lucha colectiva.
Pero política, la que vale la pena, no es el arte de lo posible, es ciencia y oficio para hacer posible lo necesario.


Referencias bibliográficas.-
1.    Fracaro, Anahí y Perales, F. Gabriel. Educación técnico profesional. Diagnóstico de la escuela técnica en Mendoza (Argentina). Una base insuficiente en Ciencias Básicas. En INTERNET: http://www.chubut.edu.ar/descargas/secundaria/congreso/ETP/R0098_Fracaro.pdf . 2010.
2.    Pisani, Fernando. La crisis de las escuelas técnicas y el modelo de país y de región. Revista Novedades Educativas Nº 148. Abril de 2003. Pág. 20 al 23. En INTERNET: http://www.intercol.org.ar/fjpisani/crisis.htm
3.    Ciapuscio, Héctor (compilador). Repensando la política tecnológica. Homenaje a Jorge Sábato. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires. 1994.
4.    Katz, Jorge. Importación de tecnología, gastos tecnológicos locales y crecimiento industrial. En: Katz, Jorge, Mallmann, Carlos y Becka, Leopoldo. Investigación, Tecnología y Desarrollo. Editorial Ciencia Nueva. Buenos Aires. 1973.
5.    Otegui, José María. El General Perón fundador de las Escuelas Fábrica y de aprendizaje. Editorial FAC. Buenos Aires. 1982.

6.    Giap, Vo Nguyen. El hombre y el arma. Ediciones La Rosa Blindada. Buenos Aires. 1965.